En un partido disputado y lleno de contrastes, Argentino Oeste no logró consolidar su superioridad en el marcador y terminó empatando 1-1 con Juventud Obrera de Manuel Ocampo. El equipo nicoleño, lejos de ser el conjunto sólido y experimentado de otras temporadas, apuesta actualmente por una formación renovada con jóvenes provenientes de las inferiores, bien formados y con un proceso adecuado, pero aún faltos de jugadores desequilibrantes que puedan definir partidos cerrados.
Argentino Oeste fue claramente superior a Juventud Obrera, considerado el rival más débil de la zona, que incluye además a Doce de Octubre de San Nicolás y Juventud de Pergamino. Sin embargo, un error en la defensa, específicamente en la organización de los hombres encargados de custodiar los palos, le costó caro. Un gol olímpico, derivado de una mala coordinación en la marca, permitió que el rival sumara su primer punto en la competencia. La responsabilidad recayó en el arquero, quien debía ordenar a sus compañeros en esa jugada clave.
El primer tiempo de Argentino Oeste fue destacable mientras el equipo tuvo aire para jugar de igual a igual. En ese tramo, Alan Galeano se convirtió en la figura del encuentro al marcar un gol extraordinario. Este jugador polifuncional, que se destaca en el juego aéreo en ambas áreas, sorprendió con un derechazo de otro partido que dejó sin respuestas al arquero rival y puso a los de la Estación de Trenes arriba en el marcador.
Lamentablemente, la falta de contundencia y los errores defensivos empañaron el rendimiento colectivo y terminaron cediendo un empate ante un equipo que parecía accesible en los papeles. Ahora, Argentino Oeste deberá preparar su próxima presentación con un reto mucho mayor: enfrentarse al líder de la zona, Juventud de Pergamino, donde buscará lograr una hazaña para seguir en la lucha.
La juventud y el ímpetu están de su lado, pero será clave corregir los errores y encontrar ese toque de jerarquía que permita marcar la diferencia en partidos tan disputados.