Tras varios días de intensa agonía, falleció en el Hospital San Felipe Ana María Benedito, de 72 años, quien había sido brutalmente atacada a balazos por su propio hijo, Lucas Somoza, en un hecho que conmocionó a toda la ciudad.
El violento episodio ocurrió en una vivienda ubicada en calle José Ingenieros al 700, donde Somoza desató lo que los investigadores calificaron como una verdadera masacre: abrió fuego contra su madre y contra un amigo de la familia, a quien también le disparó. Posteriormente, intentó quitarse la vida.
Como consecuencia del ataque, Benedito permaneció internada en estado crítico durante varios días, pero finalmente perdió la vida producto de los múltiples disparos recibidos. Con su fallecimiento, la causa judicial cambió de carátula y ahora se investiga como homicidio agravado.
En tanto, Lucas Somoza continúa con vida pero en estado vegetativo, con aproximadamente el 60% de su masa encefálica comprometida a raíz del disparo autoinfligido. Su condición médica lo mantiene internado sin posibilidades de recuperación favorable, según el último parte médico.
El caso sacude a la comunidad nicoleña no solo por la crudeza de los hechos, sino también por tratarse de un ataque dentro del propio núcleo familiar, un desenlace trágico que dejó una nueva víctima fatal y profundiza el dolor entre allegados y vecinos.
