A pesar de la masiva convocatoria de estudiantes que se movilizaron en todo el país para evitar el ajuste en la educación universitaria, el presidente Javier Milei vetó la ley de financiamiento universitario. Este veto no es sorpresivo, ya que fue parte de su campaña electoral, en la cual los mismos jóvenes que hoy protestan, en su momento, apoyaron su propuesta de ajuste a la educación.
El presidente cumplió con su promesa de campaña, dejando claro que su objetivo es alcanzar un déficit cero. Para lograrlo, está dispuesto a implementar todos los ajustes necesarios, incluyendo el recorte en el financiamiento de las universidades. Sin embargo, muchos de los que en su momento respaldaron esta medida, hoy la rechazan al ver las consecuencias que implica para el futuro de la educación superior.
Este ajuste se suma al aumento en el costo del transporte y de insumos educativos, lo que genera creciente preocupación entre los estudiantes. Aunque la incertidumbre sobre el impacto final en la educación universitaria persiste, el presidente ha sido firme en su postura de aplicar las políticas de ajuste que prometió durante su campaña, lo que fue clave para su victoria en las elecciones.
Los estudiantes, por su parte, continúan organizándose para exigir una solución que asegure la estabilidad del sistema educativo y garantice su acceso a la formación universitaria sin que el peso del ajuste recaiga sobre ellos.